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Trump presiona a España por el gasto militar y enfría inversiones inmobiliarias estadounidenses

30/06/2025 - ⏱️ 2 min

Las recientes declaraciones del expresidente estadounidense y candidato republicano Donald Trump, en las que exige a España y a otros países de la OTAN que eleven su gasto militar al 5 % del PIB, han generado un clima de tensión diplomática y económica que podría tener repercusiones sobre los flujos de inversión internacional hacia el país. Durante un acto en la sede de la OTAN en Bruselas, Trump afirmó que "España debe pagar lo que le corresponde, y rápido", advirtiendo que, de lo contrario, "habrá consecuencias comerciales".

Estas palabras han sido interpretadas por varios analistas como una amenaza velada de represalias arancelarias o fiscales, en un momento en que numerosas compañías estadounidenses estudian expandir su presencia en el mercado inmobiliario español, especialmente en sectores como el logístico, el hotelero y el build-to-rent residencial.

Aunque la administración Biden ha salido al paso minimizando las palabras de su predecesor, la incertidumbre política en EE. UU. de cara a las elecciones de noviembre está provocando una congelación temporal de decisiones de inversión por parte de fondos norteamericanos, según indican fuentes del sector.

“Varios family offices y fondos de private equity con sede en Nueva York han pospuesto decisiones de adquisición de suelo y activos en Madrid y la Costa del Sol a la espera de mayor claridad sobre el rumbo de la política exterior estadounidense”, explica un asesor legal de un despacho internacional con operaciones en España.

EE. UU., tercer país inversor en el inmobiliario español

La preocupación no es menor. Estados Unidos ha sido en los últimos años uno de los principales países inversores en real estate español. En 2023, según datos de ICEX-Invest in Spain, las compañías estadounidenses destinaron más de 3.200 millones de euros a activos inmobiliarios en España, especialmente en el segmento logístico y residencial en alquiler.

La entrada de capital institucional de origen norteamericano —liderado por firmas como Blackstone, Hines, Nuveen y Greystar— ha sido determinante en la profesionalización del sector y en el crecimiento del mercado de alquiler institucional.

Una congelación parcial de estas inversiones podría alterar no solo el volumen de transacciones, sino también las dinámicas competitivas de los mercados urbanos. “Si los capitales estadounidenses se ralentizan, veremos más protagonismo de capital europeo —francés y alemán— y una intensificación de la entrada de inversores latinoamericanos, que ya están ganando cuota”, indica Javier López, socio de Real Estate en CBRE España.

El contexto es especialmente delicado en proyectos build-to-rent en fase de planificación, que dependen en muchos casos de coinversiones o financiación sindicada con actores estadounidenses. El retraso en sus decisiones puede demorar el inicio de obra o incluso alterar su estructura financiera. Además, varios proyectos hoteleros en Ibiza, Málaga y Barcelona promovidos con capital norteamericano han entrado en “modo cautela” hasta después de las elecciones estadounidenses.

Riesgo político y percepción país

El episodio vuelve a poner de manifiesto la vulnerabilidad del sector inmobiliario español ante factores geopolíticos y de percepción país, en un contexto donde la inversión extranjera representa más del 35 % de las transacciones institucionales.

La presión de Trump no tiene efecto directo en la normativa europea, pero sí afecta a la confianza de los inversores institucionales, especialmente en activos regulatoriamente sensibles como residencias de estudiantes, salud y vivienda asequible.

En paralelo, los analistas observan con atención si España reforzará su compromiso presupuestario con la OTAN. En la actualidad, el país destina un 1,3 % de su PIB a defensa, lejos del objetivo del 2 % fijado por la Alianza y aún más del umbral del 5 % reclamado por Trump. Si bien el Gobierno de Pedro Sánchez ha reiterado su “compromiso firme con el multilateralismo y la seguridad colectiva”, no ha dado señales de elevar el gasto al nivel exigido.

“El mercado interpreta la presión de Trump como un posible preludio de medidas punitivas si retorna al poder. Para España, la reputación como socio comercial y de defensa puede influir indirectamente en sus flujos de inversión inmobiliaria”, advierte Teresa Molina, politóloga especializada en relaciones transatlánticas.

Un giro hacia capital alternativo

En este contexto de incertidumbre, varios promotores y asset managers españoles están redirigiendo su estrategia de captación de capital hacia otros mercados: Oriente Medio, Asia y América Latina. Fondos soberanos como ADIA (Emiratos), GIC (Singapur) y Qatar Investment Authority han incrementado recientemente su exposición a activos europeos, y España figura entre sus destinos prioritarios.

La reciente ola de inversión procedente de México, Argentina y Chile también compensa, en parte, la eventual contención del capital estadounidense. “Los inversores latinoamericanos no están sujetos al mismo condicionante geopolítico y buscan en España un refugio patrimonial y estratégico a largo plazo”, apunta Araceli Díaz, directora en Knight Frank Global Capital Markets.

En conclusión, la presión de Trump sobre el gasto militar español trasciende el plano diplomático y tiene implicaciones reales para el mercado de inversión. Aunque todavía es pronto para medir su impacto, el riesgo político estadounidense ya está pesando en los comités de inversión, y el sector inmobiliario español —especialmente el institucional— se prepara para un otoño marcado por la volatilidad electoral en Washington.

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