Taylor Wimpey refuerza su presencia en el Levante con un nuevo proyecto residencial entre Elche y Alicante: 15 millones de inversión para captar al comprador internacional
02/07/2025 - ⏱️ 2 min
En un nuevo paso por consolidar su apuesta en el Mediterráneo español, Taylor Wimpey España, la promotora del grupo británico Taylor Wimpey PLC, ha anunciado el lanzamiento de su nuevo desarrollo inmobiliario: el residencial ‘Allure’, ubicado estratégicamente entre Elche y Alicante. El proyecto, cuya inversión estimada supera los 15 millones de euros, está diseñado para atraer tanto a compradores locales como al cliente internacional de segunda residencia.
La iniciativa refuerza la confianza de los inversores extranjeros en el sector residencial español, particularmente en la Costa Blanca Sur, una de las zonas que más ha crecido en demanda internacional tras la pandemia. Con este movimiento, Taylor Wimpey amplía su cartera de promociones activas en el litoral alicantino y consolida su posición como uno de los principales desarrolladores internacionales del segmento medio-alto del mercado vacacional.
“Seguimos observando una demanda constante por parte de compradores del norte de Europa, atraídos por el clima, las conexiones y la calidad de vida. Este nuevo proyecto responde a ese perfil de cliente exigente, que busca modernidad, sostenibilidad y tranquilidad sin renunciar a la proximidad urbana”, señala Marc Pritchard, director de ventas y marketing de Taylor Wimpey España.
‘Allure’ contará con un total de 60 viviendas distribuidas en bloques de baja altura, con tipologías de 2 y 3 dormitorios. Todas las unidades dispondrán de amplias terrazas, garaje y trastero, así como acceso a zonas comunes ajardinadas, piscina comunitaria y gimnasio. El diseño arquitectónico prioriza la orientación sur y este, maximizando la luz natural y el confort térmico.
En línea con la normativa europea y las exigencias de los compradores internacionales, todas las viviendas cumplirán con el estándar energético clase A, e incorporarán sistemas de aerotermia, aislamiento térmico reforzado y cargadores eléctricos en el aparcamiento.
El emplazamiento, a solo 10 minutos de las playas de Santa Pola y 15 minutos del aeropuerto de Alicante-Elche, es otro de los grandes atractivos del proyecto. Según fuentes de la promotora, se espera iniciar la construcción en el cuarto trimestre de 2025, con entrega prevista para finales de 2027.
“Es una promoción orientada al comprador internacional que valora la tranquilidad de un entorno residencial bien comunicado, con acceso a servicios y sin la saturación de destinos turísticos tradicionales como Benidorm o Torrevieja”, añade Pritchard.
El anuncio de Taylor Wimpey llega en un momento de crecimiento sostenido en el mercado de vivienda de segunda residencia, tras una recuperación robusta en 2023 y 2024. Según los últimos datos del Consejo General del Notariado, las compraventas por parte de extranjeros han crecido un 12,1 % interanual en el primer trimestre de 2025, con los británicos, alemanes, belgas y suecos a la cabeza.
En la provincia de Alicante, el 44 % de las compraventas en zonas costeras corresponde a no residentes, uno de los ratios más altos de Europa. Esta tendencia se ha visto reforzada por factores como el teletrabajo, la estabilidad política española, la fortaleza del euro y la percepción de España como destino seguro y accesible.
Taylor Wimpey, que opera en España desde hace más de 60 años, ha centrado su actividad en zonas de alto valor paisajístico y con buena infraestructura, especialmente en la Costa del Sol y la Costa Blanca. Su modelo de negocio se basa en el desarrollo patrimonialista: construye con recursos propios, sin depender de financiación bancaria, y suele vender las viviendas sobre plano con un alto grado de preventa.
“Nuestro enfoque es prudente y orientado al largo plazo. No construimos si no hay demanda real. Por eso nuestros proyectos tienen una tasa de morosidad cero y una ocupación media del 90 % a los seis meses de la entrega”, subraya Pritchard.
La reactivación del mercado internacional contrasta con la ralentización de la demanda nacional, lastrado por el endurecimiento del crédito y la pérdida de poder adquisitivo. En este sentido, el éxito de proyectos como ‘Allure’ dependerá de la capacidad de los promotores para identificar nichos solventes y diferenciados.
Además, el sector sigue enfrentando desafíos estructurales: elevado coste del suelo, encarecimiento de materiales, y una creciente incertidumbre regulatoria, especialmente en lo relativo a licencias y exigencias medioambientales.
Sin embargo, firmas con capital propio, experiencia operativa y orientación internacional —como Taylor Wimpey— se encuentran en una posición privilegiada para capitalizar el nuevo ciclo inmobiliario, caracterizado por la demanda selectiva y el enfoque en valor añadido.
El proyecto ‘Allure’ es una muestra clara de cómo el mercado español de segunda residencia mantiene su atractivo estructural, siempre que se combine ubicación, sostenibilidad, diseño y gestión profesional. Y aunque el entorno macroeconómico exige prudencia, las señales de confianza por parte de players internacionales refuerzan la tesis de que el inmobiliario español sigue siendo un activo estratégico en el tablero global.
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