Lagarde urge a China y EE. UU. a actuar con responsabilidad para evitar una guerra comercial que desacelere la economía global
19/06/2025 - ⏱️ 2 min
En una intervención de alto contenido político celebrada esta semana en el Foro Económico Mundial de Pekín, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha advertido que una guerra comercial abierta entre EE. UU., China y la Unión Europea podría tener efectos devastadores para el crecimiento mundial, al golpear simultáneamente la inversión, la estabilidad monetaria y la recuperación pospandemia.
Lagarde reclamó a las tres potencias —Washington, Pekín y Bruselas— que den “pasos concretos y recíprocos de desescalada”, recordando que los sistemas económicos están “demasiado interconectados para jugar a la fragmentación”. Su discurso se produce en un contexto de creciente tensión, tras los recientes anuncios de nuevos aranceles por parte de EE. UU. sobre productos industriales chinos (vehículos eléctricos, acero y chips) y la respuesta en forma de investigaciones antidumping por parte de China hacia bienes europeos, especialmente agroalimentarios y aeronáuticos.
La UE, atrapada en medio del fuego cruzado
Lagarde ha enfatizado que la economía europea se encuentra en una posición de fragilidad estructural: si se ve obligada a elegir entre sus dos principales socios comerciales —EE. UU. y China—, el coste económico sería enorme. En concreto, estudios internos del BCE apuntan a que una guerra comercial a gran escala podría restar hasta 1,3 puntos porcentuales al PIB europeo en los próximos 12 meses.
“Europa no puede permitirse perder acceso a la tecnología estadounidense ni a la demanda china. Necesitamos una arquitectura de reglas que preserve el comercio global como instrumento de cooperación, no de confrontación”, declaró Lagarde.
Desaceleración en China y señales mixtas en EE. UU.
El discurso también alude al debilitamiento de la economía china, que tras crecer un 5,2 % en 2023, muestra signos de ralentización en 2025, con caídas en la inversión privada, el sector inmobiliario y la demanda interna. Al mismo tiempo, EE. UU. mantiene un crecimiento sólido, pero bajo la presión de una inflación persistente y tensiones electorales internas, que podrían radicalizar la política exterior.
Lagarde subrayó la importancia de:
- Mantener abierto el diálogo multilateral en la OMC.
- Evitar medidas unilaterales de represalia.
- Blindar cadenas críticas de valor, como semiconductores y energías limpias.
Un BCE preocupado por la fragmentación global
El Banco Central Europeo teme que la fragmentación geoeconómica se traduzca en mayores costes estructurales, presión sobre la inversión extranjera directa y volatilidad en los tipos de cambio. Todo ello, en un momento en que los bancos centrales comienzan a relajar sus políticas monetarias tras años de endurecimiento.
“El sistema actual no es perfecto, pero ha funcionado durante décadas. Abandonarlo sin una alternativa clara sería jugar con fuego.”
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