Del asfalto a las farolas: el polígono Julián Camarillo se transforma en el inesperado epicentro hotelero de Madrid
04/07/2025 - ⏱️ 2 min
Lo que hasta hace pocos años era un polígono industrial marginal al este de Madrid se está convirtiendo, sin pretenderlo, en una mini ciudad de vacaciones económica. La llamada “MadBit” —mezcla de tecnología y polígono—, también conocida como Julián Camarillo, ha visto cómo ocho hoteles ya están operativos desde 2020, y al menos siete más están en construcción.
La historia comenzó en plena pandemia, cuando el hotelero catalán Óscar Sánchez se aventuró a abrir el primero de los Bestprice Alegría en esta zona, aprovechando dos ventajas clave: precios asequibles de suelo y una ubicación estratégica entre el aeropuerto y el centro de la ciudad. Su apuesta fue seguida por cadenas como Ibis y Spark (Hilton), que se han sumado al boom hotelero de este polígono industrial.
¿Por qué ahora?
- Precio del suelo: terrenos que antes costaban 1 M€ ahora alcanzan 2 M€, clara señal de recalificación implícita.
- Demanda socio-turística: viajeros con presupuesto limitado priorizan alojamientos asequibles y bien ubicados.
- Vacío funcional: abundancia de oficinas y naves disponibles sin necesidad de grandes obras.
Un polígono que reescribe su ADN
El fenómeno está generando una renovación espontánea del tejido urbano y social. Algunas oficinas proyectadas están siendo reconvertidas sobre la marcha a hoteles. Víctor Galindo, de V&J Inmobiliaria, señala: “Lo raro es que esta bomba hotelera no hubiese estallado antes”.
No obstante, las infraestructuras siguen siendo industriales, con accesos limitados, escasa oferta de servicios y una atmósfera que contrasta con la experiencia hotelera. El reto ahora es evitar un crecimiento descontrolado como el vivido en Barcelona.
Oportunidades y tensiones
- Eficiencia económica: menos costes que en zonas turísticas tradicionales.
- Perfil de cliente: turistas low-cost, trabajadores temporales, estudiantes, asistentes a congresos.
- Regulación ambigua: la calificación industrial se está flexibilizando ante el auge hotelero.
Sin inversión pública planificada, el modelo corre el riesgo de limitarse a estancias breves sin calidad urbana sostenible.
Reflexiones finales
El caso de Julián Camarillo muestra el impacto de las dinámicas inmobiliarias no reguladas. Un entorno pensado para fábricas se convierte en foco turístico sin planificación previa. El mercado reacciona rápido, pero el urbanismo debe ponerse al día.
Madrid se enfrenta a decidir si este fenómeno se extiende o si lo regula. El futuro de Julián Camarillo depende de si se convierte en ejemplo de reconversión inteligente o en advertencia de turismo desordenado.
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