El precio del gas natural se dispara un 20 % en Europa ante la escalada entre Israel e Irán y el temor al cierre del Estrecho de Ormuz
20/06/2025 - ⏱️ 2 min
El mercado energético europeo ha vuelto a encender las alarmas esta semana. El precio del gas natural TTF —referencia para Europa— se ha disparado un 20 % en apenas cinco sesiones, situándose por encima de los 41 €/MWh, tras la escalada de tensión militar entre Israel e Irán, que ha reavivado el temor a un eventual cierre del Estrecho de Ormuz, uno de los principales puntos de tránsito energético del planeta.
Este cuello de botella geopolítico, por donde circula aproximadamente el 30 % del comercio mundial de petróleo y gas natural licuado (GNL), vuelve a situarse en el epicentro de los mercados globales. Analistas de Citi y UBS han advertido que un cierre prolongado del estrecho, o incluso un aumento del riesgo de navegación, podría disparar aún más los precios del crudo y del gas, agravando los costes para la industria europea.
Un cóctel de riesgos para Europa
La escalada de precios no es un fenómeno aislado. También han subido de forma significativa:
- Las primas de seguros marítimos para buques que cruzan el Golfo Pérsico.
- Los costes del flete de GNL, especialmente hacia puertos europeos.
- Los precios forward para el invierno 2025, reflejando la preocupación por el suministro futuro.
“La dependencia europea del GNL importado sigue siendo muy elevada tras el corte del gas ruso. Una disrupción en Ormuz tensaría aún más los flujos hacia terminales clave como Zeebrugge, Sines o Bilbao”, advierte un informe reciente de Wood Mackenzie.
Repercusiones económicas inmediatas
Aunque Europa mantiene sus reservas de gas por encima del 70 %, las subidas de precio ya están afectando:
- A la industria intensiva en energía, como la química, siderúrgica y automoción.
- A los mercados bursátiles, donde el sector industrial europeo ha cedido un 1,5 % en lo que va de semana.
- A los gobiernos, que temen una nueva ola de inflación en la segunda mitad del año si el conflicto se extiende.
El Banco Central Europeo, que recientemente inició un ciclo de bajada de tipos, podría verse obligado a revisar su hoja de ruta si la inflación energética se convierte nuevamente en estructural.
El dilema energético europeo persiste
La crisis ha reabierto el debate sobre:
- La falta de diversificación de las fuentes de GNL.
- El retraso en la interconexión energética europea.
- La necesidad de acelerar el despliegue de renovables firmes y gestionables.
Mientras tanto, el mercado sigue pendiente de los próximos movimientos diplomáticos. La OPEP y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) han pedido “máxima contención” y han activado comités de seguimiento de emergencia.
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