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BIS insta a una regulación urgente de las stablecoins: riesgo estructural para la estabilidad financiera y el sistema monetario

30/06/2025 - ⏱️ 2 min

El Banco de Pagos Internacionales (BIS), la institución que actúa como banco central de los bancos centrales, ha redoblado esta semana sus advertencias sobre el uso de stablecoins en el sistema financiero global. En su informe anual 2025, el organismo con sede en Basilea considera que estas monedas digitales supuestamente estables constituyen una amenaza creciente para la estabilidad financiera, al tiempo que su expansión sin supervisión puede erosionar la soberanía monetaria de los Estados.

Lejos de limitarse a una reflexión académica, el informe llama a una regulación global coordinada y urgente que establezca criterios estrictos sobre la emisión, respaldo, auditoría y circulación de estos activos digitales. El BIS califica como “inaceptable” la opacidad que todavía rige en muchas de las principales stablecoins, y advierte de que su uso masivo sin regulación puede desencadenar vulnerabilidades sistémicas comparables a las crisis bancarias tradicionales.

“No hay nada estable en la promesa de estabilidad que ofrecen muchas stablecoins. Son instrumentos financieros opacos, no regulados, y con incentivos mal alineados”, señaló Agustín Carstens, director general del BIS, en la presentación del informe.

Un mercado en expansión, pero con fundamentos frágiles

Actualmente, el volumen total de stablecoins en circulación supera los 160.000 millones de dólares, con productos como USDT (Tether) y USDC (Circle) liderando el mercado. Estas monedas, diseñadas para mantener una paridad estable con monedas fiduciarias como el dólar o el euro, se han convertido en el principal vehículo de liquidez dentro del ecosistema cripto y en mecanismos de pago utilizados —en ocasiones— al margen del sistema financiero regulado.

El BIS reconoce la utilidad técnica de estos instrumentos, sobre todo para pagos rápidos y transferencias transfronterizas, pero critica duramente la falta de mecanismos efectivos de respaldo. Muchas de estas monedas están respaldadas por activos ilíquidos o de baja calidad, carecen de auditorías públicas regulares y no ofrecen protección legal a los tenedores.

El informe apunta también al riesgo de corridas digitales: ante una crisis de confianza, los tenedores pueden tratar de convertir simultáneamente sus tokens en dinero fiduciario, provocando un colapso de liquidez en cuestión de minutos. El caso de la fallida stablecoin TerraUSD en 2022, que perdió su paridad y generó más de 40.000 millones de dólares en pérdidas, se cita como precedente preocupante.

“La falsa sensación de seguridad que transmiten las stablecoins es peligrosa. Cuando su respaldo no es transparente ni legalmente exigible, los usuarios están expuestos a pérdidas masivas sin protección institucional”, alerta el BIS.

El dilema para los reguladores: innovación vs. estabilidad

El BIS reconoce que la tokenización y la digitalización de los pagos son tendencias irreversibles, y que su potencial para mejorar la eficiencia financiera es real. Sin embargo, plantea una distinción clave: no todas las innovaciones digitales deben ser aceptadas si comprometen la estabilidad del sistema monetario.

En este sentido, el informe propone dos vías paralelas:

El BIS propone también la creación de estándares internacionales comunes, similares a los de Basilea III para la banca tradicional, y la adopción de un pasaporte digital que permita la circulación de stablecoins bajo jurisdicciones armonizadas. Europa, con el reglamento MiCA ya aprobado, se presenta como un ejemplo a seguir, aunque el informe lamenta la lentitud de la implementación en otras grandes economías como Estados Unidos, China o Brasil.

Implicaciones para el mercado de activos tokenizados y el real estate digital

Para el ecosistema de tokenización inmobiliaria, la posición del BIS es especialmente relevante. Muchas plataformas utilizan stablecoins como método de inversión, liquidación o pago de dividendos. El endurecimiento normativo puede suponer una disrupción operativa para aquellas que no hayan migrado a entornos regulados, o que dependan de emisores sin respaldo claro.

En España y Europa, el marco MiCA permitirá a los emisores de stablecoins reguladas —conocidas como e-money tokens o asset-referenced tokens— operar bajo condiciones legales claras. Las plataformas que ofrezcan productos tokenizados en real estate y usen estos instrumentos como medio de transacción estarán más protegidas ante cambios regulatorios globales.

No obstante, la transición no será inmediata. Plataformas que operan con USDT o DAI podrían verse obligadas a rediseñar sus modelos de negocio, integrar pasarelas fiat más complejas o colaborar con bancos para garantizar cumplimiento normativo.

Los inversores institucionales también tomarán nota. Como recuerda el informe, los tokens respaldados por activos reales solo serán adoptados de forma masiva si todo el ciclo de emisión, custodia y pago está regulado y auditado. De lo contrario, el capital institucional seguirá al margen de las finanzas descentralizadas.

“La tokenización no puede depender de cimientos frágiles. Solo con una infraestructura regulada, interoperable y segura, el mercado de activos digitales podrá crecer de forma sostenible”, concluye el BIS.

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