Colaboración público‑privada impulsa la creación de 4 500 viviendas de alquiler asequible en Barcelona
La sociedad mixta Habitatge Metròpoli Barcelona moviliza 600 millones €, en uno de los mayores despliegues de vivienda social en Europa
17/07/2025 - ⏱️ 2 min
En un paso significativo para aliviar la crisis habitacional de la metrópoli catalana, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha consolidado un ambicioso plan de colaboración público‑privada para promover 4 500 viviendas en régimen de alquiler asequible. Mediante la sociedad Habitatge Metròpoli Barcelona (HMB), constituida al 50 % por promotores privados (Neinor y Cevasa) y al 50 % por entidades públicas (AMB y Ayuntamiento de Barcelona), el proyecto representa una inversión total aproximadamente de 600 millones de euros.
Esta alianza responde a la urgente necesidad de aumentar el parque social en una región donde los precios del alquiler han tensionado la capacidad de la clase media, y busca equivaler una estrategia replicable en otras grandes ciudades europeas. La acción se encuadra en un plan más amplio del AMB: la construcción de 6 000 viviendas protegidas con miras a alcanzar las 50 000 unidades para 2030, multiplicando por diez el ritmo habitual de promoción.
El vehículo HMB: estructura y alcance
HMB canaliza las aportaciones público‑privadas mediante un marco que combina suelo aportado por las administraciones con gestión técnica y operativa privada. Actualmente, cuenta con 1 828 viviendas en marcha:
- 519 en fase de construcción
- 164 a punto de iniciar obras
- 486 en redacción de proyecto
- 168 en anteproyecto
- 491 en tramitación de suelo
El objetivo es completar 2 250 viviendas en Barcelona y otras 2 250 en municipios del entorno metropolitano, diversificando la prestación habitacional en espacios necesitados y promoviendo la integración social.
Inventario público más diverso y sostenible
El planteamiento de HMB prescinde de la separación estricta entre régimen de compra y alquiler, impulsando una mixtura social con distintos modelos de tenencia, incluidos derecho de superficie a 75 años. El objetivo es contrarrestar los “monocultivos residenciales” en zonas vulnerables e integrar a distintos colectivos en proyectos urbanos de calidad y eficiencia energética.
Además, el enfoque se enmarca en una estrategia metropolitana que prioriza la rehabilitación de edificios anteriores a 1980, para potenciar su eficiencia energética y accesibilidad. Entre 2023 y 2025, el AMB ha destinado 106 millones de fondos Next Generation a rehabilitar 6 800 viviendas, complementando así el crecimiento cuantitativo con una mejora cualitativa del parque habitacional.
Un ejemplo para el resto de Europa
La génesis de HMB se da en un contexto continental donde numerosas grandes ciudades, ante los límites presupuestarios, buscan fórmulas mixtas para impulsar vivienda social. Barcelona se añade al movimiento "Mayors for Housing", junto a grandes urbes como París o Roma, que piden fondos directos de la UE para promover vivienda pública sin que cuenten en déficit nacional.
Esta fórmula puede constituir un hito replicable para otras capitales que intentan conciliar la protección social con incentivación privada. Al aportar suelo y control urbanístico como activos de partida, las administraciones reducen el riesgo y atraen el capital necesario para promover proyectos a gran escala.
Desafíos y resistencias
No obstante, el modelo enfrenta la tensión inherente a las condiciones de rentabilidad del sector privado y los compromisos sociales exigidos. El mantenimiento de tarifas “asequibles”, definidas en el tramo de 200–600 € al mes por vivienda según la fórmula de cesión por 75 años, depende de una gestión sólida y de incentivos fiscales o subvenciones continuadas.
Por otro lado, el cumplimiento de objetivos urbanos —como la eficiencia medioambiental, mezcla de barrios y estándares de calidad— añade complejidad técnica al diseño y ejecución. El éxito del proyecto dependerá de hitos como la reducción de plazos administrativos, la disponibilidad real de suelo y la respuesta comunitaria.
Horizonte 2030: clave para equilibrar oferta y demanda
Con una meta de 50 000 viviendas públicas en diez años, Barcelona apuesta por multiplicar la escala actual: la construcción de 6 000 unidades iniciadas es una muestra del ritmo necesario, pero queda mucho por hacer para cumplir el compromiso europeo en vivienda asequible.
Para 2025–2027, se esperan más iniciativas de gestión público‑privada, generando infraestructuras residenciales con vocación de permanencia pública tras el periodo de cesión. El impacto potencial supera lo cuantitativo: la construcción de comunidades integradas y energéticamente eficientes podría cambiar el paradigma urbano, aportando equilibrio en distritos marcados por la tensión del mercado libre.
Claves para el seguimiento
- El financiamiento a largo plazo (75 años) y los precios fijos podrían posicionar el modelo como referente en financiación comunitaria.
- La evolución del parque en ejecución, construcción y entrega determinará la capacidad del proyecto para escalar.
- La replicabilidad nacional y europea dependerá del acceso a fondos Next Generation y Mecanismos de cohesión social.
- Adaptaciones legales (urbanísticas y fiscales) serán necesarias para replicar este modelo en otras urbes europeas.
Este proyecto marca un momento crucial en la evolución del sector inmobiliario europeo: transforma la vivienda social en un activo gestionado con estructura híbrida, alineada con los objetivos de inclusión y sostenibilidad del continente.
Suscríbete a nuestra newsletter y accede a cobertura exclusiva sobre los proyectos y tendencias que marcarán el futuro del real estate en Europa.