El Banco Mundial recorta el crecimiento global al 2,3 % en 2025 y advierte de un deterioro estructural en los niveles de vida
18/06/2025 - ⏱️ 2 min
El Banco Mundial ha publicado esta semana su actualización de perspectivas económicas globales, con una previsión preocupante: el crecimiento del PIB mundial será solo del 2,3 % en 2025, lo que representa el nivel más bajo —excluyendo años de crisis— desde la década de 1960. El informe, titulado “Fragmentación, Fragilidad y Futuro”, señala una combinación de factores que están ralentizando el crecimiento estructural, incluyendo el proteccionismo, la caída de la inversión, el envejecimiento poblacional y el estancamiento de la productividad.
David Malpass, presidente del organismo hasta junio de este año, advirtió que “el mundo corre el riesgo de entrar en una década de mediocridad económica, con serias consecuencias para la mejora de los niveles de vida, especialmente en las economías en desarrollo”.
Crecimiento global cada vez más desigual
Según el informe, las economías avanzadas crecerán apenas un 1,2 % en 2025, mientras que las emergentes lo harán en torno al 3,5 %. Sin embargo, muchas regiones clave —como América Latina, el norte de África o el sudeste asiático— no alcanzarán los niveles de crecimiento necesarios para reducir la pobreza o sostener el desarrollo social.
El informe subraya que el crecimiento mundial fue del 2,6 % en 2024, y aunque no se prevé una recesión generalizada, sí se consolida una tendencia de ralentización estructural. Las causas, según el Banco Mundial, son múltiples:
- El aumento de las tensiones geopolíticas, que frena el comercio global y la inversión transfronteriza.
- La persistente inflación en muchos países, que obliga a mantener tipos de interés altos.
- La falta de reformas estructurales para modernizar sectores productivos en países de renta media.
- La caída en la inversión pública y privada en infraestructuras y educación.
Estancamiento de los niveles de vida
Uno de los aspectos más relevantes del informe es su análisis del impacto sobre el bienestar material. El Banco Mundial alerta de que la combinación de bajo crecimiento, productividad estancada y inflación estructural puede traducirse en una década perdida en términos de mejora de los niveles de vida, especialmente en países con ingresos medios.
De hecho, si se confirma esta tendencia, más de 600 millones de personas en países emergentes podrían ver estancado su ingreso real en términos per cápita durante los próximos cinco años.
“Lo preocupante no es una crisis inmediata, sino una erosión progresiva de las condiciones para el desarrollo económico”, señala Ayhan Kose, economista jefe del informe.
Implicaciones para Europa y España
Para la eurozona, el informe anticipa un crecimiento del 1 % en 2025 y del 1,2 % en 2026, con especial debilidad en Alemania e Italia. España mantiene un perfil ligeramente más sólido (2,4 % previsto), pero dependerá en gran medida de la evolución de la demanda externa y de la resiliencia del consumo interno.
La ralentización global tendrá implicaciones también para el sector inmobiliario y financiero español, que podría ver menor apetito inversor extranjero, condiciones de financiación más volátiles y un entorno de menor crecimiento nominal, afectando a valoraciones y márgenes.
Recomendaciones: más inversión y reformas
El Banco Mundial insta a los gobiernos a evitar medidas populistas de corto plazo y centrarse en reformas que estimulen la productividad, como la liberalización del comercio, la inversión en capital humano, la desregulación en sectores clave y el refuerzo de marcos legales e institucionales.
Además, propone un plan coordinado para revitalizar la inversión global en infraestructuras y transición energética, lo que podría añadir hasta 0,5 puntos al crecimiento anual global si se ejecuta de forma eficaz.
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