El Banco de España rebaja su previsión de crecimiento al 2,4 % para 2025 por el deterioro del comercio exterior y la inversión
27/06/2025 - ⏱️ 2 min
El Banco de España ha actualizado esta semana sus previsiones macroeconómicas y ha rebajado su estimación de crecimiento del PIB para 2025 del 2,6 % al 2,4 %, advirtiendo de una “moderación prolongada” del ciclo económico español. En su último informe trimestral, el supervisor apunta a una combinación de factores internos y externos como causantes del ajuste: la debilidad del comercio global, la persistencia de tipos de interés elevados en la eurozona, el deterioro de la inversión empresarial y el agotamiento del impulso fiscal.
Se trata de la segunda revisión a la baja en lo que va de año, y refleja el giro de expectativas tras un arranque de ejercicio más débil de lo previsto, especialmente en exportaciones y formación bruta de capital. Aunque el consumo privado se mantiene dinámico gracias a la mejora de los salarios reales, el informe advierte de una desaceleración progresiva en el segundo semestre.
“La economía española sigue creciendo por encima de la media europea, pero pierde tracción respecto a trimestres anteriores. La inversión empresarial y el sector exterior ya no aportan al crecimiento como lo hacían en 2022 y 2023”, ha explicado Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del organismo.
Debilidad en exportaciones e inversión
Según el Banco de España, el frenazo en Alemania, Francia e Italia —principales socios comerciales— está lastrando la demanda externa. Las exportaciones de bienes se han estancado en el primer trimestre, y la recuperación del turismo comienza a mostrar síntomas de saturación en algunas zonas.
Al mismo tiempo, la inversión productiva ha caído un 1,3 % intertrimestral, especialmente en bienes de equipo y construcción no residencial. Las encuestas empresariales apuntan a una menor disposición a asumir proyectos de expansión, en parte por la incertidumbre política internacional, el aumento de costes financieros y el enfriamiento de la demanda.
Estabilidad en el mercado laboral, pero riesgos inflacionarios
La nota positiva proviene del empleo, que se mantiene estable, con una previsión de creación neta de puestos de trabajo del 2,1 % para el conjunto del año. No obstante, el Banco de España advierte sobre la posible persistencia de la inflación subyacente —actualmente en el 2,8 %—, que podría limitar la capacidad del BCE para acelerar la bajada de tipos. El informe no descarta una primera bajada adicional en septiembre, pero considera improbable una normalización rápida de la política monetaria.
Implicaciones para el sector inmobiliario: ciclo maduro, presión financiera y nueva disciplina inversora
- Financiación más exigente para proyectos promotores: Con un crecimiento más lento y un entorno de tipos persistentemente altos, las entidades financieras están endureciendo sus criterios de concesión de crédito. Se observa una mayor selectividad en la financiación a promotores, con foco en proyectos con preventa elevada y riesgo comercial acotado.
- Ajuste progresivo en los márgenes de rentabilidad: La desaceleración de la inversión y el aumento de los costes operativos podrían provocar una compresión de márgenes en operaciones value-add o en zonas secundarias. Los proyectos deberán demostrar viabilidad económica con menor apoyo de las condiciones de mercado.
- Mayor peso del alquiler frente a la compraventa: En un entorno de moderación económica, los hogares priorizan la liquidez y evitan compromisos financieros a largo plazo. Esto favorece el crecimiento del mercado de alquiler, especialmente en segmentos urbanos bien comunicados, y refuerza la tesis de inversión build-to-rent.
- Resistencia de los activos core, penalización a los especulativos: El capital institucional buscará refugio en activos estabilizados con flujos recurrentes, especialmente residencial y logístico prime. En cambio, los activos de riesgo intermedio o ubicación periférica podrían sufrir descuentos o quedar fuera del radar inversor.
- Relevancia creciente de los criterios ESG y eficiencia de gestión: En ciclos de crecimiento débil, la eficiencia operativa y la calidad del activo son claves. Los proyectos con buena gobernanza, criterios sostenibles y visibilidad de ingresos a largo plazo tendrán ventaja en la atracción de capital institucional.
Conclusión
La revisión del Banco de España refleja un cambio de fase en la economía: de la recuperación post-COVID al crecimiento estructural moderado. Para el sector inmobiliario, esto supone el inicio de un ciclo más disciplinado, con capital más selectivo y mayores exigencias de ejecución. Lejos de ser una crisis, se trata de una transición hacia modelos más sólidos, donde la profesionalización, la rentabilidad ajustada al riesgo y la eficiencia operativa marcarán la diferencia.
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