Turismo masivo y vivienda: el creciente coste urbano en España
08/08/2025 - ⏱️ 2 min
España sigue consolidándose como uno de los principales destinos turísticos del mundo, recibiendo 94 millones de visitantes internacionales en 2024 y proyectando alcanzar los 100 millones en 2025. Pero este impulso económico tiene un reverso: un impacto creciente en el mercado inmobiliario y la accesibilidad a la vivienda.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha advertido que este fenómeno está enmascarando un déficit estructural de hasta 450 000 viviendas, y que la proliferación del alquiler de corta estancia en el centro de las ciudades agrava la escasez de vivienda para los residentes.
Por toda España, el malestar ciudadano se traduce en protestas inéditas. En junio de 2025, miles de personas tomaron las calles de Barcelona, Palma, Granada, San Sebastián e Ibiza, algunas llevando pistolas de agua para rociar turistas en señal de protesta frente al creciente encarecimiento del alquiler y la pérdida del carácter local.
Estos actos reflejan la alarma por un modelo urbano donde los turistas consumen servicios y espacio, desplazando a menudo a los residentes. La ciudad condal también ha sido escenario de manifestaciones contra la “monocultura turística” y la transformación de barrios residenciales en enclaves dedicados al ocio y el consumo.
El fenómeno tiene un impacto cuantificable. Un estudio de la Universidad de Málaga concluyó que en zonas donde más del 10 % del parque inmobiliario se destina a alquiler turístico, los precios de renta se elevan entre un 31 % y un 33 % respecto a barrios similares.
Es decir, cada aumento del 10 % en la densidad de pisos turísticos conlleva un incremento promedio de 3,29 €/m² en el coste del alquiler.
Ante esta situación, el gobierno ha lanzado medidas regulatorias: ordenó la retirada de 65 000 anuncios ilegales de Airbnb, reforzó la fiscalidad sobre compradores no comunitarios y endureció la regulación del alquiler a corto plazo.
En Barcelona, el plan municipal prevé eliminar todos los pisos turísticos para 2028, lo cual podría devolver alrededor de 10 000 viviendas al mercado residencial.
Estas iniciativas responden a una crisis inmobiliaria de fondo, impulsada por una oferta insuficiente, rigideces urbanísticas y un parque social reducido —apenas entre el 1,5 % y el 3 % del total de viviendas— muy por debajo de la media de la UE (9 %).
La tensión entre turismo y vivienda asequible amenaza la cohesión urbana y plantea interrogantes sobre el modelo de crecimiento económico basado en el turismo masivo.
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Disclaimer: Este artículo es meramente informativo y nunca debe interpretarse como asesoramiento de inversión.