La masovería urbana reinventa el derecho a la vivienda en Lleida
20/08/2025 - ⏱️ 2 min
En un mercado inmobiliario marcado por el encarecimiento sin freno del alquiler y el predominio de lógicas financieras, emerge en Lleida una alternativa con vocación social: la masovería urbana. A través de proyectos liderados por la cooperativa Obrint Portes, jóvenes participan activamente en la rehabilitación de pisos vacíos a cambio de acceder a un alquiler asequible, una fórmula que desafía los paradigmas convencionales del mercado residencial.
Renovación con propósito
El modelo de masovería urbana que impulsa Obrint Portes se basa en una alianza poco habitual en la España contemporánea: propietarios sin capacidad para costear obras ceden sus inmuebles para ser rehabilitados, mientras que los beneficiarios (principalmente jóvenes migrantes o en riesgo residencial) se involucran en su recuperación a cambio de rentas asequibles. Uno de los primeros casos, recogido en un podcast de El País, relata el traslado inminente de Hamza Hayyan —un joven marroquí de 25 años— a un piso reformado, en pleno centro histórico de Lleida, que incluye dos habitaciones, cocina, baño y salón, por una condición económica viable para su realidad salarial.
Este modelo recrea, en el ámbito urbano, una tradición histórica catalana: la masovería rural. Allí, los masoveros trabajaban la tierra a cambio de vivienda. En su nueva versión, los jóvenes rehabilitan el espacio que habitarán a futuro, reforzando el vínculo entre vivienda, dignidad y cooperación comunitaria.
Unidad entre cooperación y emancipación
La mecánica operativa es clara. Obrint Portes identifica pisos vacíos que, de otra forma, permanecerían infrautilizados. Propietarios que no pueden afrontar reformas ceden los inmuebles para su regeneración. A cambio, los jóvenes inquilinos contribuyen con trabajo, obtienen un alquiler controlado y ganan estabilidad. En palabras de Èric Morros, cofundador de la cooperativa: “Somos los únicos que no especulamos ni obtenemos beneficios; trabajamos desde la vivienda como derecho y oportunidad.”
Este enfoque integra dimensiones urbanísticas, sociales y culturales: por un lado, revitaliza el centro histórico; por otro, promueve la emancipación juvenil en un contexto donde los jóvenes enfrentan enormes dificultades para acceder a una vivienda digna. La oferta pública aún es insuficiente, y los precios del alquiler en Lleida, como en otras ciudades, siguen al alza.
Repercusiones en la cohesión urbana
La masovería urbana ofrece varios beneficios tangibles:
Activación de vivienda disponible: Inmuebles que no generan valor social ni económico se transforman, mediante una alianza social, en espacios habitables y útiles. Este enfoque refuerza la idea de aprovechar el parque existente como respuesta inmediata a las tensiones del mercado.
Fomento de la dignidad habitacional: Los jóvenes reciben no solo un techo, sino la posibilidad de integrarse y arraigarse, gracias a su participación en la rehabilitación y a la estabilidad del alquiler.
Regeneración urbana y cultural: Se conservan tejidos urbanos históricos, se evita la expulsión del centro y se articula una convivencia activa, donde la vivienda deja de ser objeto de especulación para convertirse en bien común.
Limitaciones y desafío para escalar
Sin embargo, este modelo no es una solución a gran escala. Obrint Portes mismo reconoce que la demanda supera con creces la oferta existente. La cooperativa trabaja con jóvenes migrantes extutelados, y aunque desea expandir su alcance (por ejemplo, a familias monoparentales), se topa con la limitación estructural del número de pisos disponibles.
Además, su éxito depende de la voluntad de propietarios privados y de la capacidad administrativa de los municipios para apoyar estas iniciativas. La experiencia ilustra que, sin facilidades legales o incentivos (fiscales, de mediación o técnicos), estas iniciativas corren el riesgo de quedarse en experiencias aisladas, cuando el desafío residencial requiere soluciones a escala municipal, autonómica y nacional.
Una propuesta con potencial replicable
La masovería urbana representa un faro en la crisis de vivienda española: una aproximación que, sin depender de mercado ni de obra pública masiva, propone una fórmula de emancipación real. Portugal, Alemania y otros lugares europeos ya cuentan con modelos similares —a menudo bajo la figura de “social housing” o cooperativas urbanas—, donde la vivienda se articula como un derecho social más que como una mercancía.
Para maximizar su impacto, el modelo debería considerarse dentro de un marco más amplio de políticas públicas: declaración de zonas tensionadas (para contención de rentas), beneficios fiscales a propietarios que cedan viviendas, y creación de fondos locales para rehabilitación colaborativa.
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Disclaimer: Este artículo tiene fines exclusivamente informativos y no constituye, en ningún caso, una recomendación ni puede interpretarse como consejo de inversión.