Extranjeros consolidan su peso en el mercado inmobiliario malagueño: casi un tercio de las viviendas vendidas en el segundo trimestre fueron a compradores foráneos
18/09/2025 - ⏱️ 2 min
El mercado inmobiliario de la Costa del Sol vuelve a evidenciar su carácter internacional. Según los últimos datos del Colegio de Registradores de la Propiedad, en el segundo trimestre de 2025 un 27,1 % de las viviendas transmitidas en la provincia de Málaga fueron adquiridas por extranjeros, lo que supone uno de los porcentajes más altos de todo el país. La cifra confirma la tendencia observada en ejercicios anteriores, en los que la provincia ha mantenido un perfil muy por encima de la media nacional en materia de demanda extranjera.
El protagonismo de los compradores foráneos no es nuevo, pero el contexto actual refuerza su importancia. Málaga, junto con Alicante, Baleares y Santa Cruz de Tenerife, se mantiene en el grupo de provincias en las que más de una cuarta parte de las operaciones inmobiliarias tienen como protagonista a ciudadanos no residentes. Este fenómeno se concentra en zonas costeras con fuerte atractivo turístico, buen clima y oferta residencial diversificada.
En el caso malagueño, el peso de los británicos continúa siendo determinante, seguidos por alemanes, neerlandeses, franceses y nórdicos. Estos colectivos muestran un patrón de adquisición estable en el tiempo, con operaciones tanto de segunda residencia como de inversión destinada al alquiler vacacional. La recuperación del turismo internacional y el crecimiento de conexiones aéreas desde Málaga-Costa del Sol han reforzado este flujo de compradores.
Los promotores locales destacan que el perfil de cliente extranjero suele orientarse hacia inmuebles de gama media-alta, con preferencia por la costa occidental (Marbella, Estepona, Benahavís) y por proyectos con altos estándares de calidad y sostenibilidad. El auge de las branded residences y de proyectos de lujo vinculados al golf y al turismo residencial está claramente alimentado por esta demanda internacional.
Desde una perspectiva macro, la participación extranjera plantea un doble efecto en el mercado. Por un lado, dinamiza la actividad constructora y eleva la inversión directa en el territorio, generando empleo y actividad económica en sectores conexos como el turismo, la hostelería o los servicios profesionales. Por otro, alimenta la presión sobre los precios en determinados segmentos, dificultando el acceso a la vivienda a residentes locales, especialmente en áreas costeras con oferta limitada.
El debate político sobre la compra de vivienda por extranjeros no es ajeno a esta realidad. En España no existe una restricción específica a la adquisición de inmuebles por parte de ciudadanos comunitarios o extracomunitarios, más allá de los recientes ajustes en el régimen de la “golden visa” que han puesto en cuestión la relación entre inversión inmobiliaria y permisos de residencia. En paralelo, en países como Portugal o Canadá ya se han implementado medidas más restrictivas para limitar la presión compradora de no residentes. El seguimiento de estos casos abre un escenario de discusión sobre posibles ajustes regulatorios en el mercado español.
Málaga ilustra mejor que ninguna otra provincia cómo la inversión extranjera se ha convertido en un pilar estructural del real estate español. Con un 27,1 % de las compraventas, la presencia internacional no es un elemento coyuntural, sino una característica consolidada que seguirá marcando el desarrollo del sector en los próximos años. El desafío será encontrar un equilibrio entre captar capital foráneo y garantizar la accesibilidad para la población local, un dilema cada vez más visible en el debate social y político.
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Disclaimer: Este artículo tiene únicamente fines informativos y periodísticos. No constituye, ni debe interpretarse, como una recomendación o asesoramiento financiero de ningún tipo.